Alimentación artificial
ALIMENTACIÓN ARTIFICIAL
Muchas veces escogemos lactancia materna o artificial sin conocer los riesgos y los beneficios de ellas. Todas las asociaciones y los estudios afirman que la lactancia materna es la mejor opción como alimentación para nuestro bebé. Por eso, si todavía dudas en qué alimentación darle a tu bebé te aconsejamos que mires el capítulo de introducción a la lactancia materna para informarte al respecto.
Ahora bien, existen casos en los que esta no es posible, está contraindicada, lactancias mixtas o los padres deseáis la lactancia artificial. Por ello, os preparamos una guía para que tengáis claro la alimentación del bebé y cómo hacerlo correctamente.
TIPOS DE BIBERÓN
Hay muchos tipos y marcas diferentes, antireflujo, anticólicos… Ninguno está recomendado más que los otros por ninguna asociación importante de pediatría u otras organizaciones. Por tanto, dependerá de lo que desee cada uno de vosotros.
Primero debes decidir si los quieres de plástico o de cristal. Estos últimos son más fáciles de limpiar y evitan que se acumulen residuos, además contienen menos químicos. Son especialmente recomendables en los recién nacidos.
Respecto a los de plástico, debes asegurarte que cumplen la normativa europea EN-14350 y son seguros para tu bebé. En unos especifica que cumple la normativa, pero si no lo pone busca aquellos que indiquen que están libres de BPA, un componente que es tóxico para el bebé.
Como no todos los plásticos son seguros, mira en la parte inferior del biberón. Si hay un 7 dentro del símbolo del triángulo de reciclar, podría contener BPA y hay que desecharlo. En el caso que aparezca un 2 o un 5 es seguro para el bebé. El 1 y el 4 también se consideran “plásticos buenos”.
Por otra parte, busca aquellos que tengan los mililitros marcados, ya que los necesitarás para la preparación.
TIPOS DE TETINA
Es la parte más importante del biberón. Existen muchos tipos diferentes, es ir probando la que le gusta más a tu bebé ya que algunas las rechazan.
En los recién nacidos se recomienda empezar con una de flujo lento o “flujo 1” para evitar que se atraganten. A medida que crecen se puede ir cambiando a flujos más rápidos o comprar las que tienen diferentes posiciones para variar el flujo de la leche.
Si tu deseo es hacer lactancia mixta, te recomendamos que utilices:
- Las llamadas “anatómicas”.
- Que la tetina se alargue dentro de la boca del pequeño, como lo haría el pezón.
- Que su base sea ancha para que abra al máximo la boca.
- Que sea de silicona.
- Usa el “flujo 1” independientemente de la edad del pequeño.

TIPOS DE LECHE
Respecto a los tipos de leche que existen en el mercado, lo primero que debes saber es que se dividen en dos grupos dependiendo de la edad del bebé:
- Leche de inicio: utilizada hasta los 6 meses de edad, pero puede usarse hasta los 12 meses con alimentación complementaria. Suelen tener un 1 en el envase. Este tipo de fórmula cubre por sí sola las necesidades nutritivas del lactante sano nacido a término.
- Leche de continuación: usada a partir de los 6 meses y puede prolongarse hasta los 3 años de vida, aunque a partir del año de vida se puede iniciar la leche de vaca normal.
También existen fórmulas más específicas:
- Adaptadas: se añaden sustancias para que se parezcan más nutricionalmente a la leche materna como son nucleótidos, ácidos grasos poliinsaturados, etc.
- Especiales: son usadas en los casos en los que el bebé no puede tomar las otras fórmulas por enfermedades o por trastornos digestivos menores (dermatitis, diarrea, entre otros). Un ejemplo son las hidrolizadas. Este tipo de nutrición tiene que ser pautada por un pediatra, aunque todavía sigue en entredicho su efectividad en muchos casos.
En el mercado se pueden encontrar tanto líquidas como en polvo para su preparación.
En este capítulo hablaremos exclusivamente de la leche de inicio.
¿CÓMO CONSERVAR LA LECHE?
Para conservar la leche líquida hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Verifica siempre el estado del envase y la fecha de caducidad.
- Abre el envase según las indicaciones del fabricante.
- Si el envase es de cartón hermético, hay que cambiar el contenido a un biberón estéril cuando se abra. Esto es debido a que están diseñados para conservar el contenido mientras están cerrados, posteriormente predisponen a la proliferación de gérmenes.
- Puedes conservarla en la nevera durante 24 horas posteriores a su apertura, luego se deben tirar.
En las fórmulas en polvo lo único que hay que tener en cuenta para su conservación son las recomendaciones del fabricante, que habitualmente son guardar en un lugar fresco y seco. Comprueba la fecha de caducidad antes de su uso.
AGUA PARA PREPARAR LAS LECHES EN POLVO
Se puede utilizar la del grifo si hay un buen control sanitario del agua y es apta para consumo humano. En caso de utilizar embotellada, hay que buscar las que sean bajas en contenido de sales minerales y aptas para la alimentación infantil.
Dependiendo de la calidad del agua del grifo, puede ser recomendable hervirla durante un minuto los primeros meses de vida. Si está en ebullición más de 5 minutos no se puede usar, ya que aumentan los nitritos que son perjudiciales para el bebé.
En el caso de hervir el agua tienes que esperar a que se enfríe, por lo que debes organizarte bien para que ya esté a la temperatura correcta cuando el bebé tenga hambre.
CALENTAR AGUA
La forma más recomendada para calentar el agua en un cazo, vigilando la temperatura final.
El método más usado por su comodidad es el microondas, pero debes tener en cuenta que no calienta todo el líquido uniformemente. Antes de su administración, agita bien para que se mezcle toda el agua y comprueba la temperatura final para evitar quemaduras.
Antes de añadir el polvo, deja enfriar el agua. Recuerda que la temperatura a la que se deben tomar el biberón es cercana a la corporal (unos 37ªC), para evitar quemaduras.
Existen también los calienta-biberones que los mantienen a la temperatura adecuada, pero es una inversión de dinero y no es una necesidad. Si los usas, recuerda que solo sirven para calentar el agua y no hay que dejar los biberones preparados dentro.
PREPARAR EL BIBERÓN
Lo ideal es tener una zona en la cocina para realizarlos en la que no se hagan otras tareas como cortar alimentos. Antes de empezar, siempre nos lavaremos las manos con agua y jabón. En cada toma usaremos un biberón y tetina limpios.
Añade el polvo al agua justo antes de su administración: 30 ml de agua (1 onza) por cada cacito raso de polvo. Es importante seguir estas indicaciones ya que una desproporción agua/leche puede causarle daños al pequeño. Agita para homogenizar la leche.
Es recomendable preparar los biberones en cada toma, justo antes de su administración. Pero si lo necesitas puedes preparar los de todo el día y guardarlos en la nevera hasta 24 horas. Pasadas estas horas se desechan los que hayan sobrado.
Recuerda que antes de ofrecerle el biberón debes probar la temperatura, en el dorso de la mano o la parte anterior de la muñeca. Si apenas notas la leche es que tiene la temperatura correcta. Si está demasiado caliente, no deseches parte del contenido y lo rellenes con agua ya que así se pierde la proporción agua/leche. En estos casos debes ponerlo en agua fría o bajo el grifo.
Es mejor preparar biberón de sobra, para que nunca se quede con hambre. Lo que sobre del biberón se debe tirar ya que ha entrado en contacto con los microorganismos de la boca del pequeño.
Si usas leche líquida o tienes biberones preparados y refigerados
- Extrae el biberón justo antes de utilizarlo
- Utiliza preferiblemente el “baño maría”: calientas agua en un cazo y cuando hierva apagas el fuego y lo pasas a un recipiente, dentro del cual pones el biberón que deseas calentar. Déjalo dentro como máximo 15 minutos.

- Se puede usar también el microondas con las precauciones anteriormente descritas.
- Agita para que esté uniforme y comprueba la temperatura antes de administrar.
- Los restos también se desechan.
TRANSPORTE DE BIBERONES
- Puedes llevarte un termo con agua caliente y el polvo por separado. Nunca lo mezcles antes de salir de casa y los pongas en algún recipiente, ya que esto hace que proliferen los gérmenes.
- Si están preparados debes mantenerlos fríos (< 5ºC), para evitar la proliferación de las bacterias. Cuando llegues al destino lo metes en nevera.
- Si el trayecto dura más de dos horas, no se van a poder mantener fríos y es mejor llevarlo por separado.
- También se pueden dar biberones con agua a temperatura ambiente, pero hay que moverlos muy bien para que se disuelvan en el agua y algunos bebés los rechazan si no están acostumbrados.
CANTIDAD EN LA TOMA
Se dan unas pautas generales de mililitros que puede consumir un bebé, pero es solo una estimación:
- Durante las primeras 2 semanas de vida: 8 tomas de 60 ml.
- Entre la segunda semana y la octava: 7 tomas de 90 ml.
- Segundo y tercer mes de vida: puede disminuirse el número de tomas a 5 diarias y aumentar la cantidad de leche.
Estas cantidades son orientativas, por tanto, si te pide más cantidad de la especificada se la ofreces y no le fuerces a comer más si no tiene hambre. El bebé te irá pautando la comida en cantidades y horarios.
Como hemos dicho anteriormente, es aconsejable que deje dentro del biberón restos de leche para que no se quede con hambre.
Al finalizar intenta sacarle los gases, ya que hay niños que tragan muy rápido y con aire, después les duele la barriga apareciendo los temidos cólicos. Pero si está tranquilo o no los echa, no es necesario insistir.
POSICIÓN DEL BEBÉ
Lo mejor es realizar el método Kassing, ya que es la forma más segura y fisiológica de comer para ellos. Permite al bebé coordinar correctamente la succión, la deglución y la respiración.

Por otra parte, los bebés alimentados con biberón suelen comer más de lo que necesitan. Con esta técnica se consigue un ritmo más pausado que le permite al bebé “darse cuenta” que está saciado y así evitamos sobrealimentarlo.
- Pon al bebé lo más vertical posible con una mínima inclinación.
- Rózale el biberón por los labios o las mejillas para que abra la boca
- Introduce la tetina lo máximo posible en la boca del pequeño.
- Pon el biberón en horizontal, sin inclinarlo ya que será el bebé quien saque la leche al succionar. Siempre tiene que haber leche en la tetina.
- Deja que haga entre 15 y 20 succiones y saca el biberón de la boca. Repite hasta que coma suficiente.
Nunca se debe dar un biberón mientras el bebé está acostado, ya que se pueden producir infecciones de oído o atragantamientos.
Por otra parte, para evitar diferencias en el desarrollo visual de ambos ojos, es recomendable darle el biberón de los dos lados. Siempre tendemos a darle en la misma posición y puede tener consecuencias a largo plazo.
LIMPIEZA
Antes del primer uso y después de cada toma lávalo con agua y jabón, asegurándote de que no quedan restos de leche, lo aclaras bien y lo dejas secar al aire. Puedes utilizar un cepillo de limpieza especial para ellos, pero no debes usarlo para limpiar otros utensilios.
Si las recomendaciones del fabricante del biberón lo permiten, puedes meterlos en el lavaplatos.
En las últimas pautas sobre el biberón de las principales asociaciones de pediatría ya no aconsejan su esterilización rutinaria, solo si deseas hacerlo. Para ello, puedes utilizar esterilizadores fabricados para este uso o ponerlos a hervir en agua más de 20 minutos.


RESUMEN
- Biberón: en recién nacidos mejor usar de cristal; los de plástico deben ser libres de BPA; deben tener los mililitros marcados.
- Tetina: en las lactancias artificiales hay que buscar la que más le gusta al bebé, mientras que en las lactancias mixtas se recomiendan las “anatómicas”. En recién nacidos empezar con las de flujo lento o “flujo 1”.
- Se puede usar el agua del grifo, si es apta para consumo y con buen control sanitario, o las embotelladas con bajo contenido de sales minerales. El agua del grifo, dependiendo de su calidad, está recomendado hervirla durante un minuto.
- Para calentar el agua es mejor usar un cazo. Si usas el microondas, hay que tener especial cuidado para evitar las quemaduras.
- El agua debe enfriarse antes de añadir los polvos. Debe prepararse justo antes de ofrecérsela.
- 30 ml de agua por cada cacito raso de polvo, nunca cambiar esta proporción.
- Si se prepara la de todo el día, se guarda en la nevera hasta 24 horas. Posteriormente desechar.
- Administrar la leche a unos 37ºC, cómo es una temperatura similar a la corporal casi no debemos notar la gota de leche cuando la comprobamos.
- Si se transportan los biberones, intentar llevar los polvos y el agua por separado.
- Utilizar el método Kassing para administrarle la leche.
- Nunca ofrecer un biberón mientras esté acostado.
- La tetina y los biberones se limpian con agua y jabón, no es necesario esterilizarlos.