Introducción al sueño del bebé
INTRODUCCIÓN AL SUEÑO DEL BEBÉ
A lo largo de este capítulo y en los que siguen (evolución durante los meses y de la teoría a la práctica) explicamos en términos generales como es el sueño del bebé y cómo se desarrolla con el tiempo.
Lo primero que debes entender es que no existen remedios mágicos que hagan que no se despierte por la noche. Nuestro objetivo es ayudarte a comprender su sueño, sus despertares y como ayudarle a conseguir un sueño más saludable. Afortunadamente, el sueño es un proceso evolutivo y todo niño o niña, aunque presente muchos despertares nocturnos, algún día va a dormir bien.
En segundo lugar, debes comprender que la información que os ofrecemos está escrita en términos generales ya que cada niño o niña es diferente, evoluciona de una forma y les gustan diferentes cosas para conseguir dormirse.
Es importante leerse estos capítulos y adaptar estas generalidades a vuestro bebé, ya que sois vosotros los que más le conocéis.
HORAS DE SUEÑO
Los recién nacidos son los que más horas duermen al día, normalmente entre 16 y 18 horas al día. Suelen despertarse exclusivamente cuando necesitan comer o si se sienten molestos por el pañal y necesitan que le cambies.
Por ello, la frecuencia de despertares varía especialmente según el tipo de alimentación que reciban: los bebés amamantados habitualmente se despiertan más veces que los que se alimentan con leche artificial, que suelen alargar tres o cuatro horas entre las tomas.
A medida que el bebé crece aumentan lentamente las horas que duerme durante la noche, pero las horas totales de sueño en 24 horas disminuyen, ya que durante el día el bebé estará más activo. Alrededor de los tres meses, pueden llegar a dormir un total de 15 horas, disminuyendo el número de siestas a lo largo del día.
A partir de los 6 meses, por la noche puede alargar el sueño y estar hasta 6 horas sin reclamar la atención de los padres. Esto no significa que siempre sea así, ya que algunos se despiertan frecuentemente y reclaman la atención de los adultos para volver a dormirse.
Edad
Recién nacido – 2 meses
Horas totales (24 horas)
12 – 16
Día
50%
Varias secuencias a lo largo del día
Noche
50%
Varias secuencias a lo largo de la noche
Edad
3 – 6 meses
Horas totales (24 horas)
10 – 15
Día
30 – 40%
Varias siestas
Noche
60 – 70%
Varios despertares
Edad
6 – 9 meses
Horas totales (24 horas)
11 – 14
Día
20 – 25%
Dos (o tres) siestas: mañana y tarde
Noche
70 – 80%
Varios despertares
Edad
9 – 18 meses
Horas totales (24 horas)
10 – 13
Día
15%
Dos siestas más reducidas
Noche
85%
Son posibles varios despertares
*Estas tablas proceden del libro “Dormir sin lágrimas” de Rosa Jové
Probablemente esta tabla no te indique las mismas horas que habías visto en algún sitio web o corresponda con las horas que duerme la hija de una amiga. Esto se debe a que todas las tablas son orientativas, existe un rango muy amplio de horarios de sueño en los bebés, y con ellas se intenta hacer una aproximación para que os sirva de referencia.
Si tu hijo o hija no está dentro de estas horas de sueño, no hay motivo para preocuparse. Hay que valorar si los ratos que está despierto, se le ve activo y alegre (dentro de su temperamento).
LA REALIDAD
La sociedad nos ha “enseñado” que los bebés a partir de los 4 meses aproximadamente pueden dormir unas 6 horas del tirón. Y sí existen niños y niñas que duermen del tirón, pero son una minoría.
Al tener estas expectativas, cuando nos enfrentamos a la realidad de que realiza frecuentes despertares nocturnos, los adultos nos desesperamos pensando que hay algo que va mal y que no es normal que se pase parte de la noche reclamándonos.
Como hemos dicho, son la minoría los que duermen del tirón. No es que estemos malacostumbrando al bebé de alguna forma, simplemente el sueño en los bebés no es igual que en los adultos y su cerebro está en maduración todavía. Por ello, debemos deshacernos de nuestro “objetivo” de que el bebé duerma seguido durante la noche, ya que la frustración al encontrarnos con la realidad es más grande.
Ponemos un ejemplo para entender la necesidad de deshacernos de estos objetivos que no se ajustan a la realidad. Una mamá o un papá que siempre ha pensado que al llegar a los 6 meses el bebé iba a dormir más de 6 horas seguidas por la noche, al hablar sobre el sueño de su bebé dirá: “no nos deja dormir, como mucho duerme tres o cuatro horas seguidas durante la noche, pero lo normal es que se despierte cada dos. Hemos intentado de todo pero nada funciona, no sabemos que estamos haciendo mal”. En el lado contrario tenemos a unos padres que saben que el sueño del bebé es madurativo y durmiendo las mismas horas y con los mismos despertares dirán: “en total podemos dormir hasta 7 horas por la noche, se despierta solo 4 veces, le acariciamos unos 10 minutos o le damos comida hasta que se vuelve a dormir”.
En los primeros padres como desconocen el motivo del llanto del bebé y no entienden el funcionamiento del sueño del pequeño, la desesperación aumenta día tras días, creen que están haciendo algo mal y todo ello deriva en unos niveles muy altos de estrés. Mientras los otros padres lo viven con total normalidad y no les está causando ninguna preocupación.
La media de despertares nocturnos varía con los meses y, como hemos visto anteriormente, también varía muchísimo entre bebés. La aproximación que se hace sobre los despertares nocturnos es que un bebé al mes de vida suele despertarse unas 9 veces, mientras que al año de vida disminuye a la mitad, entre 4 y 5 veces. Como vemos, es muy probable que al año de vida todavía se despierte frecuentemente a lo largo de la noche.
Además, existen periodos en los que ha estado durante días o semanas durmiendo más durante la noche, pero de repente hace un cambio y empieza a despertarse un mayor número de veces. Esto genera mucha preocupación, pero habitualmente siempre existe una explicación. En el siguiente capítulo podremos ver cómo es la evolución del sueño durante los primeros meses de vida y la razón de sus despertares.
EL DÍA Y LA NOCHE
A lo largo de los primeros meses de vida, todavía no reconoce el día ni la noche. A pesar de ello, no es recomendable tenerle siempre en oscuridad o luz tenue durante estos meses, pueden estar en la misma habitación que se encuentran los adultos.
A partir del tercer o cuarto mes es cuando empieza a diferenciarlos. En parte esto propicia que duerma más horas durante la noche y gradualmente disminuya las horas diurnas de sueño.
En los momentos que más despierto esté, se puede aprovechar para tener más contacto y atención con él o ella, que esté en la misma habitación que los adultos, que escuche sonidos de fondo (por ejemplo, gente hablando, cocinando, etc.).
Por el contrario, por la noche debemos intentar que las tomas sean breves, aburridas y con luces suaves o sin ellas, hacer el cambio de pañal sin estimularle y realizarlo solo si es necesario, ser más silencioso y no jugar. Todo ello hará que vaya asociando el día a la actividad y la noche al descanso.
Un error muy común es mantenerle despierto durante el día para intentar que duerma más durante la noche. Aunque parezca algo lógico, lo que se consigue es el efecto contrario:
Un bebé muy cansado tiene más problemas para dormir, debemos dejarle dormir todo lo que necesite durante el día.
LACTANCIA
Hacemos un breve recordatorio sobre el funcionamiento de la lactancia durante la noche. La prolactina, la hormona que hace que se produzca más leche, tiene niveles más altos durante la noche. Por ello, es normal que durante el sueño nocturno el bebé quiera mamar más que durante el día.
Por suerte, esta prolactina tiene un efecto beneficioso para el descanso de la mamá: está demostrado que le ayuda a inducir el sueño después de darle el pecho. Además, la leche materna tiene grandes cantidades de triptófano durante las tomas nocturnas que ayudan al bebé a dormir.
RESUMEN
- Los recién nacidos son los que más horas duermen al día, la mayoría de sus despertares son para comer.
- A medida que crecen disminuyen las horas que duermen durante el día y aumentan las de la noche.
- El cerebro de los bebés sigue madurando con el tiempo y su sueño no es igual que en los adultos.
- Los bebés que duermen toda la noche seguida son una minoría, la mayoría realiza diversos despertares nocturnos incluso al año de vida.
- Hasta el tercer o cuarto mes de vida no diferencian entre el día y la noche.
- Las tomas nocturnas deben ser aburridas y sin luces para evitar estimularles.
- Los bebés que están muy cansados tienen más problemas para dormir: si no duermen durante el día tendrán más problemas para dormir de noche.
- Lactancia: la prolactina tiene niveles más altos de noche, por tanto, se produce más leche y el bebé suele mamar más estas horas; por otra parte, esta induce al sueño de la mamá. El contenido nocturno de la leche materna favorece el sueño en el bebé.