Ombligo, pecho y extremidades
OMBLIGO, PECHO Y EXTREMIDADES
EL ABDOMEN
El abdomen de los bebés tiene un aspecto abombado, parece que está lleno y redondeado. Esto se debe a la diferencia entre el tamaño que tiene el pequeño y el volumen de todas las vísceras que contiene su abdomen. A medida que el bebé crece, el tamaño de su barriga disminuye.
Después de comer aumenta más su tamaño, pero entre las comidas si lo apretamos se puede apreciar que está blandito a pesar de su gran volumen.
El ombligo
Durante los primeros días, el cordón umbilical tiene un aspecto gelatinoso y de color amarillento. Con los días se va secando y adoptando un color más negruzco. Entre el 5º y 15º día se desprende solo, no hay que forzar esta caída.

Durante los últimos años, el cuidado del cordón umbilical ha ido cambiando frecuentemente: limpieza con alcohol, no se debía bañar a los bebés hasta que se les cayese el cordón, entre otros. Después de los estudios que se han realizado sobre sus cuidados, actualmente se sabe que estas recomendaciones retrasaban la cicatrización y la caída del mismo.
Estas son las recomendaciones actuales para curar el ombligo hasta que se le caiga:
- Lavarlo con agua tibia y jabón neutro durante el baño. No hay que tener miedo a mover la pinza para limpiarlo en profundidad por todas las partes.
- Secarlo muy bien después.
- Si no se baña al bebé un día, se puede aprovechar un cambio de pañal para realizar la cura con agua y jabón
- Siempre debe mantenerse limpio y seco, por lo que si se ensucia hay que limpiarlo nuevamente.
- Cambiar frecuentemente el pañal. Es mejor doblarlo y dejar el cordón por encima para que se seque más rápido.
- Seguir limpiando aunque se haya caído el cordón.
- No envolver con gasas impregnadas con sustancias porque favorecen la humedad y, por tanto, aumenta la probabilidad de infección. Además, se recomienda envolverlo en gasas secas para evitar la humedad, pero esto es totalmente prescindible si lo secamos correctamente.

No se deben usar otras sustancias como polvos talco, yodo, mercromina; tampoco usaremos fajas, ombligueros o esparadrapos.
Se debe consultar al pediatra si aparece alguno de los siguientes signos de alarma:
- Enrojecimiento o inflamación.
- Secreción amarillenta.
- Mal olor.
- Sangrado. Es normal que produzca un pequeño sangrado por el roce del pañal o por la caída del cordón.
- Si no se le ha caído el cordón más allá de los 15 días de vida.
Hernia umbilical
Los músculos del estómago tienen un agujero para que los vasos sanguíneos que el cordón umbilical contiene puedan pasar a través de él. Si los músculos no cierran bien y se quedan abiertos, es cuando se denomina hernia umbilical y es una patología benigna.
Esta hernia se puede percibir fácilmente por un bulto que sobresale cuando el pequeño llora hace fuerza, ya que el intestino se sale por este agujero por la presión que realiza el bebé.
Suelen reducirse o cerrarse espontáneamente con el crecimiento, si no se sugiere esperar hasta los 4 o 5 años para cerrarla con cirugía.
No se recomienda utilizar fajas reductoras ni pegar esparadrapos ya que no tienen eficacia y pueden acarrear problemas secundarios.
Habitualmente no da problemas, pero si el intestino quedase atrapado si se necesitaría atención médica urgente. En estos casos el intestino no vuelve a su sitio y la hernia no disminuye si el bebé está tranquilo o si se presiona. Esto es una patología poco frecuente, pero si pasase es bastante doloroso, por lo que el bebé estaría muy irritable, y suele provocar vómitos.
EL PECHO
Tanto los niños como las niñas pueden tener un aumento de las glándulas mamarias. Esto se debe a que la mamá le pasa estrógenos al feto durante el embarazo que producen un aumento de su tamaño. Con los días el bebé elimina la hormona del cuerpo y estos se deshinchan.
En ocasiones pueden sacar una pequeña cantidad de líquido lechoso, denominado coloquialmente “leche de brujas”. Esta secreción no debe confundirse con una infección.
En ningún caso se deben manipular los pechos para intentar que disminuyan su tamaño. Por ello, no hay que presionar, masajear o intentar extraer la secreción de los pechos.
Problemas en el pecho
Es importante diferenciar este crecimiento de las glándulas mamarias normal de la mastitis neonatal. Esta es una infección de la glándula mamaria que, aunque no es muy frecuente, en algunos bebés aparece a partir de la segunda semana de vida.
Esta mastitis se manifiesta como otras infecciones: enrojecimiento, aumento del volumen e incluso secreción purulenta (pero no leche) a través del pezón.
Para su tratamiento es necesario que un médico lo diagnostique y le recete antibióticos.
LOS BRAZOS Y LAS PIERNAS

Durante los primeros días o semanas, los bebés suelen adoptar una postura similar a la que tenían dentro del útero materno los últimos meses de embarazo. Por ello, es normal que estén con los hombros curvados, la cadera y las rodillas flexionadas con los brazos y las piernas flexionados contra el cuerpo.

Asimismo, parece que tengan los pies deformados ya que, debido al crecimiento intrauterino y a la postura que tenían en él, estos se encuentran flexionados hacia dentro. No hay que tener ningún cuidado especial ni forzarlos para ponerlos rectos, con el tiempo vuelven solos a su posición definitiva.
La mayor parte del tiempo tienen los puños cerrados, debido a que todavía se basan en los reflejos involuntarios y no tienen tanto control sobre su cuerpo. A partir de las ocho semanas de vida es cuando empiezan a intentar abrir y cerrar los dedos, puesto que los movimientos que realizan son más voluntarios y tienen un mayor control sobe su cuerpo.
Sus manos y pies suelen estar fríos la mayor parte del tiempo, pero no está causado por tener frío como pasa habitualmente con los adultos. Se debe a la inmadurez de su sistema circulatorio periférico que provoca una mala regulación en la temperatura. Además, esta inmadurez
Para valorar la temperatura del bebé hay que fijarse en el cuello y la espalda.
LOS REFLEJOS
Los bebés cuando nacen tienen unos reflejos innatos que forman parte de su desarrollo. Son movimientos que realizan de una forma automática e involuntaria ante un estímulo.
Uno de estos movimientos se llama el reflejo de Moro o de “sobresalto”. Cuando los bebés se asustan, escuchan un sonido fuerte o cuando se les mueve con brusquedad, responden involuntariamente con los siguientes movimientos: extienden las piernas y los brazos, con las palmas de las manos hacia arriba, y luego vuelven a apretar las extremidades contra el cuerpo.
Otro de los reflejos más comunes es el reflejo de prensión palmar, que hace que cierren la mano cuando notan algo en su palma. Esto provoca que se agarren al dedo de las personas si se le coloca en la palma de la mano. Ocurre exactamente lo mismo si se les toca la planta de los pies.
Como son movimientos normales de su desarrollo, no debemos preocuparnos ante estos gestos ni es necesario consultar al médico, además, durante las revisiones al pediatra los irá revisando. Este tipo de reflejos innatos se van perdiendo con los meses del bebé.

RESUMEN
- La limpieza del cordón umbilical se realiza con agua y jabón. Lo más importante es que esté siempre limpio y seco, para no retrasar su caída y evitar infecciones.
- Iremos al pediatra si aparece alguno de estos signos en el cordón umbilical: enrojecimiento, inflamación, secreción amarillenta, mal olor, sangrado o si no se ha caído más allá de los 15 días.
- Las hernias umbilicales suelen ser benignas, pero si el bebé está muy irritable y con vómitos puede deberse a que el intestino se ha quedado atrapado y se necesita atención médica urgente.
- Si tienen un aumento en las glándulas mamarias, nunca masajearlas, presionarlas o intentar extraerle la leche que sale de ellas.
- La postura que adoptan los recién nacidos es similar a la del útero materno: la cadera y las rodillas flexionadas con los brazos y las piernas flexionados contra el cuerpo.
- Los pies vuelven a su posición normal sin tener ningún cuidado especial.
- Las manos se encuentran cerradas y suelen estar más frías.
- Los reflejos de sobresalto y de cerrar la mano son normales dentro de su desarrollo.