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De la teoría a la práctica

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

Antes de leerte este capítulo, te recomendamos que te leas “el sueño de tu bebé” y “evolución durante los meses”. Con ellos te ayudamos a comprender el sueño de tu bebé, el motivo de sus despertares nocturnos y de los llantos.

Un aspecto que importante a tener en cuenta antes de leer este capítulo es que en muchas ocasiones lo que reclaman cuando lloran por la noche es el contacto con los padres, ya que para ellos es muy importante por supervivencia y por la necesidad de protección. Nunca llorarán por capricho, está demostrado que tienen menos estrés si duermen pegados a los cuidadores, en especial a la madre. Todo lo que se hablará en este capítulo viene derivado de cambiar esta necesidad por otras formas de dormirse.

Con el tiempo todos los bebés llegarán a dormirse solos, es cuestión de maduración. Pero algunos padres, especialmente por motivos laborales y cansancio extremo, las noches se vuelven una pesadilla.

Por ello os ofrecemos estas pautas favorecer el sueño, en especial para los que duermen en su cuna, intentando hacerlo de la forma más respetuosa posible para que el bebé no sufra. Existen muchas diferentes teorías sobre cómo favorecer el sueño nocturno en los bebés, pero ninguna de ellas es perfecta.

Si vuestro deseo es hacer colecho con lactancia materna, los beneficios y la seguridad los podréis encontrar en “¿dónde duermen los bebés?

Un bebé nunca llora para manipularnos, sino porque necesita algo de nosotros

CONSEJOS POR EDADES

Primeros 2 meses de vida

Durante los primeros meses de vida, el despertar del bebé suele ser para responder a una necesidad básica, la más frecuente es que tiene hambre y es lo primero que se debe comprobar cuando se despierte. Las madres que amamantáis podéis notar que se despierta más de lo habitual en algunas épocas debido a las crisis de lactancia.

Si creemos que no se ha despertado por hambre o si el bebé rechaza el alimento hay que buscar otras causas como que tiene frío o calor o si el pañal está sucio.

Por otra parte, puede ser que necesite contacto estrecho con los cuidadores, para satisfacer su necesidad de protección. Es normal que durante estos meses se pase muchas horas durmiendo encima de vosotros y llore más frecuentemente si está solo en una cuna que si está en brazos. Lo ideal es acunarle en brazos siempre que esté irritable.

2 meses

El chupete puede ser de gran ayuda, ya que la succión les tranquiliza mucho y disminuye el dolor. Si realizáis lactancia materna es recomendable esperar a que esta esté establecida.

Existen momentos en el que el bebé se puede despertar llorando por dolor, los más comunes son el reflujo y los cólicos. En estos momentos podemos probar:

  • El porteo, ya que, tiene menos cólicos, disminuye el dolor y el reflujo y se siente protegido o protegida.
porteo
  • Los saquitos para dormir que le sujetan tanto brazos como piernas debido a que les tranquiliza mucho al recordarles al útero materno.

 

Una de las preguntas más frecuentes es si se debe despertar al bebé por la noche para comer. Si ya ha recuperado el peso del nacimiento no hay que despertarle, salvo en excepciones que nos lo indique el pediatra.

A partir de los 3 meses

· Las rutinas

Uno de los puntos más importantes, es crear rutinas especialmente a partir de los 3 meses. Estas rutinas y rituales antes de acostarse favorecen la organización de los patrones de sueño.

Muchos estudios afirman que es beneficioso ponerle a dormir más o menos a la misma hora todos los días, tanto por la noche como por las siestas. Además, se estima que duermen 80 minutos más de media que aquellos en los que no hay horarios y en el futuro tendrán una mayor autonomía, empatía y regulación emocional.

Por otra parte, se puede establecer un ritual para antes de acostarse. A cada pequeño le relaja una actividad diferente, podemos probar varias, pero lo más importante es que sean calmantes y evitar aquellas que le estimulen excesivamente las horas previas a acostarle –jugar, por ejemplo-.

Algunas de las que se pueden probar son: darle un baño, ponerle la ropa de noche, el pañal limpio, leerle una historia, bajar las luces de la habitación, cantarle una nana o ponerle música relajante.

Rutina

Si realizamos la misma rutina todos los días y a la misma hora, con el tiempo el bebé lo asociará con la hora de ir a la cuna y dormir. Pero hay que ser constante con ellas

Además, estos patrones se mantendrán durante el tiempo y cuando sea más mayor podremos seguir usando la misma rutina para favorecer el sueño.

· Asociaciones en el sueño

Las asociaciones en el sueño se consideran aquellas formas en la que siempre dormimos al bebé y que, con el tiempo, nos reclamará para poder dormirse. No es que sea algo negativo, pero no podrán dormirse de otra forma y esto en ocasiones os resulta cansado a los padres. Aquí os dejamos unos consejos para evitar las tres más comunes:

 

1. Dormirse en brazos

Si le dormimos siempre en brazos, puede que siempre que quiera dormirse reclamará que se le coja ya que no conocerá otra forma de poder hacerlo. No hay nada malo en que cree esta asociación, pero hay que valorar si estamos dispuestos a hacer esto por meses.

Como a partir de los tres meses pasan por una fase de sueño ligero antes de quedarse profundamente dormidos, si le dormimos en brazos y a continuación lo dejamos en la cuna el movimiento hará que se despierte. Una solución a esto, es dejarle en la cuna mientras esté en un sueño muy profundo -alrededor de los 20-30 minutos después de dormirse-.

Pero, por otra parte, si no deseamos que cree esta asociación, lo que podemos hacer es permitirle que coja el sueño en los brazos, pero dejarle en la cuna mientras todavía esté despierto. Lo ideal sería permanecer a su lado hasta que se duerma del todo y que se sienta acompañado.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los bebés pueden dormirse si están en la cuna y necesitarán los brazos para ello, esto es completamente normal.

Dormir en brazos

2. Dormirle en la habitación

Es recomendable en el sueño nocturno dormirle directamente en la habitación donde está la cuna y no en el comedor, ya que luego asociará ir a la cuna como una separación de la madre o el padre (ansiedad por separación) y estar en el salón a pasar buenos ratos, dormirse, etc.

Si crea esta asociación, no querrá estar en su cuna para dormir.

 

3. Alimentación

A partir de esta edad tampoco es aconsejable que el bebé se duerma mientras está comiendo por las mismas razones: en el futuro asociará la comida con el sueño y siempre que qiuera dormir pedirá comer.

Es especialmente recomendable en los pequeños que tomen leche artificial, ya que la tendencia será a dejarle el biberón en la cuna y esto no es nada aconsejable, por mayor riesgo de asfixia, infecciones y de caries en el futuro.

· Ruido

Como hemos dicho anteriormente, a partir de los 3 meses tienen más tiempo de sueño ligero. Por ello, es normal que si acaba de dormirse y escucha un sonido se despierte.

El sonido en blanco, son sonidos constantes que les relajan mucho y pueden ser de gran ayuda para dormirles. Uno de los más famosos es el secador de pelo, pero puede ser la lluvia, las olas, etc. Existen aparatos diseñados para ello y listas de reproducción en internet, por lo que conseguirlo es muy fácil.

Es verdad que pueden crear asociaciones del sueño y necesitar el sonido en blanco para dormirse, pero es algo que no requiere que los padres se levanten y ellos se quedan muy tranquilos. Se pueden poner desde el nacimiento.

· Despertares durante la noche

Si durante la noche llora, hay veces en las que dejándole un par de minutos se autorregula y se vuelve a dormir, o simplemente si le acariciamos sabe que sus padres están ahí y se tranquiliza. Pero no atenderle si sigue llorando puede vivirlo como un abandono o rechazo de sus necesidades y emociones por parte de los padres. Además, creará la asociación de que la cuna no es un lugar seguro ya que nadie le atiende y no querrá dormir ahí.

Despertares

Es importante que el bebé siempre se sienta seguro y atendido por los padres.

Si sigue llorando, comprobaremos las posibles opciones que ocasionan malestar en el pequeño: si tiene hambre, necesita un cambio de pañal, hace frío o calor, etc. Todo esto lo realizaremos con la luz apagada para no desvelarle más e intentando no sacarle de la cuna a no ser que sea imprescindible. Podemos hacer que el bebé se sienta seguro meciendo la cuna, con arrullos, etc.

En ocasiones, hacen sonidos y se mueven. Esto es debido a que se ha producido un despertar habitual a partir de los 4 meses, es aconsejable no estimularle, cogerle, darle biberón o pecho, ya que con ello conseguimos que se despierten del todo. En estos casos hay que tener una actitud expectante, observar que hace, ya que probablemente termine durmiéndose sin ayuda.

El cambio de pañal durante la noche se recomienda hacerlo solamente si tiene heces, está muy mojado o tiene la zona irritada.

· Alimentación

Debemos recordar que la lactancia -tanto la materna como la artificial- es a demanda durante los primeros 6 meses y no hay que intentar “engañarle” con chupetes. Si tiene hambre hay que alimentarle.

A partir de los 4 meses, son muchas las personas que te pueden recomendar que le des biberón con cereales para que te aguante toda la noche dormido o dormida. Este es un error muy común. Puede que en ocasiones alargue más por la ingesta pesada, pero su comportamiento no se debe a hambre, se debe a organización del sueño y es muy probable que se despierte igualmente. Por otra parte, los cereales estriñen y esto puede hacer que con los días estén molestos.

Si toma lactancia materna, te recomendarán que le des un biberón por la noche para descansar. La realidad es que los niños de lactancia materna duermen mejor por la tranquilidad que le da la succión y por los componentes de la leche. Con la leche artificial no se consigue que duerma mejor.

Respecto a la alimentación complementaria, a pesar que se introducen nuevos alimentos la leche sigue siendo su principal alimento hasta el año. Muchas veces ocurre que durante la cena no ingiere suficientes calorías (por ejemplo, si come puré de verduras) y luego no se le ofrece un biberón o lecho para complementar. Esta falta de alimento hace que durante la noche se despierte con hambre y necesite leche para complementar las calorías que no ha ingerido durante la cena.

Alimentación

· El día y la noche

Durante la noche debe dormir sin luz, de lo contrario su cerebro envía señales para estar activo. Al revés de lo que se piensa, los bebés no tienen miedo a la oscuridad. Es recomendable que las tomas nocturnas también se hagan sin luz y que sean aburridas para no estimularle.

Durante el día debe hacer siestas según su edad y puede hacerlas con luz, en la misma habitación donde están los padres. Si consideramos que la luz no le está permitiendo descansar, pueden hacerse en oscuridad.

Si en algún momento muestra signos de cansancio, deberíamos ponerle inmediatamente a dormir. Si nos esperamos y hacemos otras actividades antes de acostarle, probablemente se le pase la ventana de sueño y ahora el bebé esté activo pero irritable por la falta de sueño.

· Constancia en los hábitos

Hay que ser constante con las respuestas al llanto del bebé, especialmente al nocturno. Por ejemplo, si decidís que no queréis cogerle en brazos por la noche y preferís que se duerma en la cuna, hay que ser constante y coherente con las respuestas. Si unas veces le sacáis y otras no, pueden confundir las señales.

Esto nunca significará que no le atendáis si os reclama, pero podéis buscar otras formas de consolarle sin sacarle de la cuna. Asimismo, hay que darle la oportunidad de que se vuelva a dormir sin ayuda.

A partir de los 8 meses

Durante esta etapa el mayor reto es la ansiedad por separación y, si se despiertan por la noche, la mayoría de veces es por esta razón. No es que el bebé nos esté tomando el pelo, es que necesitan aprender que vas a estar ahí si te reclama a pesar de que estéis separados.

El objetivo será buscar la forma de que se sienta seguro o segura pese a estar en su cuna. Muchas veces, que sepa que estamos ahí o acunarle mientras permanece en la cuna puede mejorar la situación; también puede servir hablarle con voz tranquila, frotarle la espalda o la cabeza. Es mejor evitar sacarle de la cuna ya que suelen despertarse del todo.

Si lo dejamos el su cuna durmiéndose y nota que nos vamos, lo más normal es que llore por la separación. Por ello, en estas edades también es recomendable permanecer a su lado hasta que se duerma del todo.

·  Accesorios para el sueño 

Durante estos meses seguramente habéis usado algún objeto para que se duerma más fácil, probablemente el chupete. Son de mucha ayuda, pero con esta edad si está acostumbrado a dormirse con él lo reclamará.

Por ejemplo, una pequeña de 8 meses que ha aprendido a volver a dormirse con el chupete, si se le cae durmiendo y se despierta, llorará ya que lo necesita para dormirse. ¿Es esto malo? Para nada, pero lo va a reclamar para volver a quedarse dormida y puede resultar cansado para los padres.

Un truco en estos casos es dejarle varios chupetes por la cuna para que pueda encontrar uno si se despierta.

Accesorios para el sueño

ENTRENAMIENTO DEL SUEÑO

Algunas teorías afirman que lo mejor es entrenar al bebé, dejándole llorar cada día más minutos. No entraremos en detalle con ellas ya que existen varios estudios que afirman que dejar llorar a los bebés sin atender a sus necesidades, causa problemas de desarrollo en el futuro.

Además, aunque dejen de llorar, siguen teniendo alteradas las hormonas del estrés pero han aprendido que no sirve de nada llorar, decir, siguen igual de estresados aunque no lo demuestren.

Todo ese estrés forma cambios neurológicos en los bebés y en su personalidad –están en plena maduración cerebral- que se podrán ver reflejados de adultos: cambios en el cerebro similares a los que se aprecian en las personas con depresión, dificultad para controlar las emociones, más posibilidades de TDAH, peores habilidades sociales e intelectuales.

Resumen

RESUMEN

  • Primeros 2 meses de vida:
  • Buscar la causa de su llanto: hambre, frío/calor, cambio de pañal, protección de los padres, etc.
  • Lo que más les tranquiliza son los brazos del adulto.
  • La succión del chupete les consuela y disminuye su dolor.
  • Si tiene molestias como reflujo o cólicos: portear y saquitos para dormir.
  • Se pueden poner sonidos en blanco.
  • No despertarle para comer si ya ha recuperado el peso del nacimiento.

 

  • A partir de los 3 meses:
  • Ponerle a dormir más o menos a la misma hora todos los días.
  • Establecer un ritual relajante para antes de acostarle (baño, poner ropa de noche, cuentos, nanas, etc.)
  • Si queremos evitar asociaciones del sueño:
  • Permitirle que coja el sueño en los brazos, pero dejarle en la cuna mientras todavía esté despierto.
  • Dormirle en la habitación de la cuna.
  • Si toma biberón que no se duerma mientras come.

 

  • Cuando se despierta por la noche:
  • Si llora esperar para ver si se puede volver a dormir. Si no se calma buscar el motivo de su llanto sin estimularle excesivamente.
  • Si hace sonidos y se mueve: lo más probable es que se vuelva a dormir sin ayuda. No hacer nada en este momento.
  • El cambio de pañal solo si tiene heces o está muy mojado.

 

  • Alimentación
  • Hasta los 6 meses es a demanda, si tiene hambre hay que alimentarle.
  • No dormirá mejor si se ofrece a la noche biberón con cereales o se cambia la leche materna por un biberón.
  • Si se ha iniciado alimentación complementaria, completar la cena con leche.

 

  • Ser constante en los hábitos

 

  • A partir de los 8 meses:
  • Buscar una forma en que se sienta acompañado a pesar de estar en la cuna y que sepa que si nos necesita estamos a su lado y no nos hemos ido.
  • Permanecer a su lado hasta que se duerma del todo.
  • Evitar sacarle de la cuna si no es necesario.
  • Si usa chupete y llora si se le cae: dejar varios chupetes por la cuna para que pueda encontrar uno si se despierta.