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Inicio de la alimentación complementaria

La alimentación complementaria (AC) es el proceso por el cual se ofrecen al bebé alimentos sólidos o en forma de puré, para complementar a la leche materna o de fórmula. Durante los últimos años las recomendaciones han cambiado notablemente y nada tiene que ver con lo que se les explicaba a nuestros padres o abuelos.

Durante este capítulo y los siguientes veremos como es la alimentación de los más pequeños, para que desde sus primeros bocados tenga una alimentación saludable que le acompañe el resto de su vida. La alimentación es un proceso voluntario, consciente y que, por tanto, se puede educar: las madres y los padres tenéis un papel fundamental.

Todos los consejos que encontraréis sobre la alimentación en la web están pensadas para los lactantes que tienen un crecimiento correcto y no tienen problemas de salud. Si tu bebé tiene algún problema concreto podemos verlo conjuntamente en las consultas o consulta previamente a tu pediatra.

¿Cuándo empezar?

Es una pregunta muy común en las consultas. Tenemos todavía muy integrado el concepto que a partir de los 4 meses hay que instaurar sí o sí las papillas, de lo contrario, no estarán bien nutridos/as. Durante los últimos años, se ha visto que no hay ninguna necesidad de empezar tan pronto y cada vez son más los partidarios de atrasarlo hasta que el bebé esté preparado.

Según la Academia Americana de Pediatría y otras grandes asociaciones, deberíamos empezar a introducir otros alimentos cuando el bebé:

  • Es capaz de sentarse estable sin apoyo.
  • Pierde el reflejo de extrusión, que provoca que los bebés escupan de la boca todo lo que no es líquido. Se cree que este reflejo lo tienen de forma innata para evitar que se atraganten con alimentos u objetos.
  • Muestra interés por la comida de los adultos. Es decir, tiene ganas de probar lo que tenemos los adultos en el plato. No es lo mismo que tengan curiosidad por vernos comer, como se explica en las señales falsas.
  • Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos: si ve una cuchara y tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza con ansias para comer; por el contrario, si está saciado cierra la boca y mueve la cabeza hacia un lado.
  • Es capaz de coger la comida con la mano y llevarla a la boca, aunque no acierte.

Señales falsas para iniciar la AC

Hay algunas señales que muestran los bebés alrededor de los 4 meses que nos pueden confundir y llevar a pensar que es el momento de empezar a introducir alimentos. Además, hay fases por las que pasan los bebés y que son completamente normales, pero pensamos que mejorarán si introducimos alimentos. Estas son las señales falsas que pueden llevarte a pensar eso:

  • Observa como comemos los adultos. Es habitual que ellos tengan curiosidad por lo que nosotros/as hacemos, ya sea cocinar, comer, vestirse o cualquier otra actividad. Que tengan tanta curiosidad por la comida no significa que el bebé tenga ganas de comer, entre otras porque no sabe todavía lo que significa.
  • Aumentan los despertares nocturnos a partir de los 4 meses de vida. Estos despertares se deben a una maduración en el sueño -podrás verlo más detalladamente el los consejos sobre sueño-, pero no a una necesidad de comer más. Además, existe la creencia popular de que si le introducimos los cereales en el biberón dormirán más. La realidad es que esto no va a suceder, ya que los despertares están relacionados con la evolución del sueño y la alimentación no afecta para nada en ello.
  • No aumenta tanto de peso como antes. Es algo que se ha visto que sucede a muchos bebés, especialmente los que se alimentan con lactancia materna. Es un momento en el que se ralentiza su crecimiento y, por tanto, es algo normal.
  • No se duerme al darle de comer. Algunos padres lo interpretan como que se queda con hambre y necesita algo más “sustancioso”. Realmente se produce porque ahora durante el día pasan más tiempo despiertos/as, y es habitual que después de comer no se duerman, como sucedía los meses anteriores.

Si hacéis lactancia materna

Las grandes organizaciones, como la OMS, recomiendan que la LM sea exclusiva hasta los 6 meses de edad. Esto se debe a que la leche materna les ofrece los nutrientes óptimos para su desarrollo y, si se introduce pronto la alimentación complementaria, le estamos quitando parte de estos nutrientes por otros que no le aportan tanto como tu leche.

A partir de los 6 meses, la LM ya no le aporta suficiente hierro y, en ocasiones, tampoco vitamina D, por ello se debe empezar con otros alimentos. Esto no significa que al llegar a los 6 meses se quede sin reservas de hierro y la comida sea una urgencia, si no que estas reservas empiezan a disminuir poco a poco y hay que empezar a complementarlas con el resto de alimentos.

La leche materna cambia ligeramente de sabor según lo que la mamá come. Este hecho hace que al bebé le sea más fácil aceptar los sabores nuevos que le introducimos, ya que los ha probado mientras mamaba.

En la lactancia artificial

Existe más controversia sobre la mejor edad para empezar con la alimentación en los bebés alimentados con leche artificial. Realmente no se conoce ningún beneficio en la introducción de los alimentos antes de los 6 meses de vida y, además, todavía se sigue investigando si es puede ser perjudicial su inicio temprano.

Otros oficiales consideran que a partir de las 17 semanas de vida se podrían empezar a introducir alimentos, a pesar de que con estas semanas no tienen todavía las capacidades que nos dice la Academia Americana de Pediatría.

Por tanto, al final sois los padres y madres los que decidís a que edad queréis empezar, siempre que sea entre las 17 semanas de vida (principio del 5º mes de vida) y las 26 semanas de vida (inicio de los 7 de vida). Si queréis empezar antes de los 6 meses debe ser con purés y te recomendaría esperar a que tu bebé demuestre interés en los alimentos ya que, si no quiere saber nada de ellos, la comida se puede convertir en una lucha diaria y no ser nada agradable ni para ti ni para tu bebé.

Objetivo de la AC

¿Sustituimos la leche por otros alimentos?

En primer lugar me gustaría desmontar una creencia popular muy extensa: un bebé cuando inicia la alimentación complementaria debe comer más de los otros alimentos que no sean la leche materna o artificial. En algún momento todas y todos nos hemos planteado cuánta comida darle y qué tomas de leche retirar. La realidad es que hasta el año de vida la leche sigue siendo su principal alimento y el resto la “complementa”, no la sustituye.

Esta creencia de que deben comer muchos más alimentos que leche, lleva a muchas familias a la frustración y preocupación durante meses porque les angustia ver como el bebé no ingiere todo lo que ellos consideran que debería y piensan no se está alimentando correctamente. Si no come mucho, ¡ofrécele más leche!

Por otra parte, lo habitual es que las madres y padres que piensan que su bebé come poquito le insistan mucho con la comida para que coma más cantidad -pensando que hacen lo correcto ya que nadie les ha explicado el objetivo de la AC-. Es normal que, al no tener hambre y sentirse forzados a comer, los peques terminen rechazando energéticamente los alimentos: se enfaden, lloren, giren la cabeza, etc. Si esto se prolonga en el tiempo, al final el bebé verá la comida y pensará que es hora de la “tortura”, terminando al final por convertirse en una batalla diaria.

Cuando tiene hambre, ¿quiere alimento o leche?

Al inicio de la AC, los bebés todavía no entienden que la comida les va a saciar el hambre como lo hace la leche, esto no lo comprenden hasta los 8-12 meses de edad. Por eso, a veces ocurre que le ofrecemos alimentos como un puré cuando tiene hambre y lo rechaza, ya que lo que espera el bebé es leche. Es decir, lo que quiere es saciar su hambre y para él esto solo lo hace la leche (aunque siempre hay excepciones a la norma):

  • Si quieres seguir el método BLW, siempre ofrécele antes la leche ya que con hambre el bebé se va a negar en rotundo a probar los alimentos.
  • En la alimentación con triturados, pueden pasar los dos extremos: que aunque tenga hambre nos acepte el puré, o que lo rechace. Si pasa esto último, es mejor ofrecer primero leche y en un rato volver a intentar el puré.

La introducción de alimentos no sustituye ni a la leche materna ni a la artificial, durante el primer año de vida la leche sigue siendo el principal alimento y la alimentación la complementa. Los bebés no saben que la comida sirve para saciar el hambre y que les llena igual que lo puede hacer la leche: si un bebé tiene hambre lo que pide es leche.

¿Cuál es realmente el objetivo de la AC?

El gusto por los diferentes sabores (dulce, salado, ácido y amargo) se forja desde pequeños y, especialmente, los primeros meses de la alimentación complementaria. Si se acostumbra al paladar del bebé a los sabores ácidos, como algunas frutas, o amargos como algunas verduras, su consumo será mayor a lo largo de la vida. Por el contrario, imagina a una niña que no ha probado nada amargo hasta los 2 años, no está acostumbrada a este tipo de sabor y lo más probable es que lo rechace y nunca llegue a gustarle.

Por tanto, uno de los grandes objetivos hasta el año de vida es que pruebe muchos sabores diferentes, texturas, colores, olores, etc. La exposición desde muy pequeños a muchos  alimentos diferentes disminuye el rechazo a probar otros nuevos, además, suelen aceptar muy bien hasta los sabores más “raros”, a largo plazo tienen menos manías y una alimentación más sana. Como curiosidad, a la mayoría de los bebés les encantan también los alimentos con un poco de picante.

Muchas veces, para el bebé la comida es un experimento, un juego, que forma parte de su desarrollo normal. La alimentación es una gran oportunidad para que los bebés aprendan a coordinar movimientos de la mano con la vista: ponerse alimentos en la boca es un gran reto para él o ella. Además, la curiosidad hace que perfeccionen movimientos de las manos y aprendan pronto a hacer la pinza, que será importante en un futuro (para escribir, por ejemplo).

Asimismo, hasta el momento lo único que han hecho es tragar leche y ahora deben aprender nuevos movimientos con la boca: masticar, mover la lengua en diferentes direcciones, poner el alimento en una posición fácil para tragar, etc. Todo ello coordinando muchos músculos de la cara y el cuello. Este aprendizaje es lento, especialmente cuando empiezan con los trozos.

Lo que motiva los primeros meses al bebé a llevarse algo a la boca es la curiosidad y la imitación de los adultos. Por tanto, ver comer a los adultos puede hacer que aumente sus ganas de probar nuevas comidas.

Aprender a controlar el hambre y la saciedad

Aprender a no comer más si ya están llenos (saciados) es vital desde que son pequeños, ya que les va a acompañar toda la vida y puede tener consecuencias negativas si no se aprende a gestionar de forma correcta, principalmente la obesidad.

A veces podemos caer en la tentación de “una cucharadita más”, distraerle para que no se dé cuenta o intentar que se coma lo que los adultos consideramos suficiente. Pero no tenemos en cuenta que puede que nuestras expectativas en cuanto a la cantidad de comida que necesita un bebé dista muchísimo de la realidad. Es decir, los adultos siempre esperamos que coma mucho más que lo que un bebé necesita.

A largo plazo, deriva en adultos que no tienen la capacidad de “escuchar” al cuerpo y saber cuando han comido suficiente. Es uno de los motivos para sobrealimentarse a uno mismo y, por eso, es tan importante. Por tanto:

  • Si decides empezar con purés, no debes agobiarte con las cantidades o si come más o menos, muchas veces con 4 o 5 cucharadas tienen suficiente. Sobre todo esto hablaremos más detallado en el capítulo de purés.
  • Si empezáis con el BLW, las cantidades que come al principio son minúsculas y es lo normal. Con el paso de las semanas va mejorando la coordinación y aumentará notablemente lo que come.

Debemos empezar a escuchar más a los peques, si te dice que no quiere más probablemente sea que ya está lleno/a y hay que respetarlo. Evita darle más cucharadas si ya no quiere y tampoco intentes que se lo termine todo.

Seguridad

En primer lugar hablaremos sobre la postura del bebé. Da igual que le demos triturados o sólidos, el bebé debe estar bien erguido para evitar atragantamientos o que el alimento vaya a lo pulmones. Si están reclinados, como puede ser una hamaca, los reflejos de protección que tienen los bebés desaparecen.

Las alergias alimentarias no se pueden prevenir, pero hay dos consejos principales a tener en cuenta para poder reaccionar si aparecen:

      • Hay que esperar 3-5 días para introducir alimentos alergénicos nuevos. Es decir: si el lunes introduces el huevo por primera vez, el jueves puedes introducir el pescado por primera vez.
      • Los alimentos nuevos se introducen durante el día, no durante la noche. Esto se debe a que si aparece algún tipo de reacción podemos detectarla fácilmente. Si apareciesen durante la noche, lo más probable es que la reacción pase desapercibida.

La seguridad en el BLW hablaremos detenidamente en otro “consejo”.

Resumen

RESUMEN

  • Las madres y los padres tenéis un papel fundamental en la alimentación de vuestro hijo o hija.
  • ¿Cuándo empezar?:
      • Si hacéis LM a los 6 meses.
      • Con la lactancia artificial sería recomendable esperar a los 6 meses, pero se puede introducir a partir de las 17 semanas.
  • Hasta el año de vida la leche sigue siendo su principal alimento y el resto la complementa.
  • Ofrecer en momentos sin hambre ni sueño. Si tiene hambre probablemente quiera leche y el resto lo rechace.
  • Objetivo: probar muchos sabores diferentes, texturas, colores, olores y sabores; experimentar con la comida y aprender movimientos nuevos con las manos y la boca.
  • No le fuerces a comer, debe aprender a controlar el hambre y la saciedad.
  • Seguridad:
      • Nunca ofrecer comida con el bebé reclinado.
      • Después de ofrecer un alimento alergénico nuevo: esperar 3-5 días para ofrecer otro nuevo.
      • Los alimentos alergénicos se ofrecen durante el día.